Trabajo en gris

























Hacen investigación pero no son considerados trabajadores. Reciben un pago por la labor realizada día a día, pero no se le puede llamar sueldo, y el empleador –que no es otro que el Estado– no cumple con los requisitos del "trabajo en blanco". Con matices, el panorama es similar en el CONICET, la CIC y la UNLP. Aquí, la palabra de quienes están amontonados en la base de la pirámide del sistema científico y las explicaciones de los funcionarios que están arriba.

Por Josefina Oliva

Monocultivo para hoy, hambre para mañana








Cultivar la tierra para que haya alimentos sanos en cada mesa familiar o producir para la combustión de automóviles del primer mundo. Ambas cosas pueden suceder en el campo: ese que ganó el centro de la agenda pública con la larga disputa entre el gobierno y sectores empresarios del agro, a raíz de una medida fiscal.
El conflicto abrió un debate sobre la producción de alimentos. Los grandes exportadores acapararon la palabra, pero poco a poco hubo otro campo que se hizo escuchar. Voces alternativas que cuestionan la primacía de la soja transgénica y plantean asignaturas pendientes: el combate contra los agrotóxicos, la independencia tecnológica y la defensa de quienes trabajan la tierra.

Por Josefina Oliva y Luciana Aon

¿Universidad Cromañón?





















La tragedia de Río Cuarto fue una advertencia, pero la actual situación de edificios y laboratorios indica que la historia podría repetirse en cualquier momento. Se trabaja en lugares no aptos que requieren transformaciones estructurales, superpoblados y sin criterios de responsabilidad. El panorama corresponde a la UNLP y a todo el país. Aquí, trabajadores y funcionarios caracterizan dimensiones y posibles soluciones de un problema que no se resolverá de un día para otro.

Por Luciana Aon

La hora de las aguas
















Algunos especialistas aseguran que la disputa más importante de este siglo será por el agua. Las zonas donde el recurso se presenta en gran cantidad son el foco de atención de los países más ricos. En Argentina, las privatizaciones consolidaron el trato del servicio como un negocio y multiplicaron el problema. ¿Quiénes toman hoy agua potable? ¿Qué beben los que no acceden a esa red? ¿Saben los peligros que implica? ¿Pueden hacer algo para revertir la situación? Proyectos de la Universidad apuntan al acceso de todos al agua potable, allí donde el lucro privado atenta contra los derechos humanos.

Por Josefina Oliva

"Debemos mostrar que la ciencia sirve para algo"

















Entrevista a Lino Barañao, Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Científica.

"Plasmar el conocimiento en actividades productivas es hoy una actividad inherente a la Universidad", afirma. Insiste en la necesidad de fomentar empresas de base tecnológica, si bien admite que "no podemos esperar grandes inversiones del sector privado". Lino Barañao habla de todo: sus prioridades, los lobbys, el financiamiento externo, la propiedad intelectual y los desafíos de la comunicación científica.

Por Darío Andrinolo y Daniel Badenes

Algunas pistas para salir de la oscuridad

























Ya nadie niega la crisis. Se tomaron medidas como el cambio de huso horario y el reparto de lámparas de bajo consumo, pero cuesta revertir la falta de planificación heredada de los ´90. Estiman que en menos de diez años se agotarán los recursos locales de gas y petróleo, de los que depende la abrumadora mayoría de la energía utilizada en el país. Aquí, especialistas analizan las claves de un escenario que requiere nuevas soluciones. Y cuentan experiencias en curso con energías renovables.

Por Josefina Oliva

Negociar con las Sobras - El problema de la basura, un legado de la dictadura

























“Cuanto más escasean las cosas en la ciudad, más reacia se vuelve la gente a desprenderse de algo; así como hace un tiempo nadie se lo pensaba dos veces antes de tirar una cáscara de naranja a la calle, ahora estas cáscaras se trituran hasta conseguir un puré que mucha gente come. Una camiseta deshilachada, un par de calzoncillos rotos, el ala de un sombrero, todas estas cosas se guardan para remendarlas y convertirlas en una nueva muda de ropa. La gente se viste con los atuendos más variopintos y ridículos y cada vez que te cruzas con alguna de estas personas vestidas a retazos, sabes que probablemente acaba de dejar a un buscador de objetos sin trabajo”
(Paul Auster, El país de las últimas cosas)

Por Josefina Oliva

Un ítem fundamental - El ingreso: distintas concepciones en una misma Universidad

























En La Plata coexisten facultades que refuerzan sus planes de inclusión con otras que sostienen pruebas eliminatorias y sueñan con la posibilidad de cupos. También hay casos donde el filtro es encubierto: “Medicina utiliza la guillotina y otros recurren a métodos más modernos, que provocan el mismo efecto”, ironiza un docente de Exactas, donde un programa específico expresa la preocupación los primeros tiempos de la carrera universitaria.

Por Daniel Badenes

Un Camino necesario - Producción pública de medicamentos













Por Luciana Aon

Abrir las puertas - Editorial Nº1



La extensión es uno de los tres pilares fundamentales que componen la Universidad junto con la enseñanza y la investigación. Es un proceso educativo no formal, de doble vía, a través del cual la academia aporta sus herramientas a la sociedad y las recrea al confrontarlas con las realidades que encuentra. Durante décadas la extensión fue mutilada. Así como el neoliberalismo privatizó el derecho a la salud también quiso reducir a una mínima expresión a la Universidad, y distorsionar su acción.
El aislamiento respecto a su contexto histórico-social –ese que la enriquece, que es la base de la excelencia académica, de su más íntimo sentido de ser– hizo que florecieran ideas elitistas y cientificistas en la Universidad.
Eso condujo a una serie de irresponsabilidades –ideológicas y prácticas– en el manejo de la ciencia y la tecnología. Ambas herramientas se utilizaron con una única lógica: la del mercado. Sumado a eso, problemas que van desde el deterioro del ambiente y el agotamiento de recursos energéticos hasta las alarmantes desigualdades sociales, hacen que vivamos tiempos complejos donde está en juego la supervivencia humana.
¿Cómo respondemos a esa situación? Desde la Facultad de Ciencias Exactas, al calor de diciembre de 2001, el Consejo Académico resolvió considerar prioritarias “aquellas acciones que tengan que ver con la reconstrucción del tejido social y del aparato productivo”. Comenzamos en 2002 con 39 participantes en 5 proyectos. Hoy tenemos más de 400 extensionistas con más de 40 iniciativas desde la Facultad.
Para fortalecer esas acciones pensamos Materia Pendiente, una revista que reúna a la Universidad con la sociedad. No en el sentido clásico de la “divulgación científica”, esa que consideró muy interesante simplificar y vulgarizar las respuestas de la ciencia, sin atender al sentido de sus preguntas.
Se trata de otra cosa: de los universitarios atendiendo a los problemas de muchos, y no de muchos atendiendo a los problemas de los científicos. La mayoría de estas páginas podrían ser definidas, en términos periodísticos, como de interés general. Y si se trata de interés general, debería despertar el interés académico.
Por eso discutimos la vigencia de la CEAMSE, una herencia de años negros que atenta contra la calidad de vida de la población.
Por eso queremos que todos puedan entrar a la Universidad, y no sólo quienes tienen plata para sortear los obstáculos. Que un curso de ingreso no elimine la posibilidad de la universidad crítica, libre (y laica), democrática y popular.
Por eso rechazamos el legado que nos dejó la dictadura, cuando un Rectorado cómplice entregó docentes y estudiantes, desguazó el comedor y –tal como siguieron haciendo las políticas neoliberales– degradó la enseñanza, la investigación y la extensión.
Por eso pedimos que el Estado sea otra cosa que un administrador de la escasez o el promotor del lucro empresarial: que regule el consumo de pilas, que promueva la recuperación de residuos, que financie la salud pública y no los negocios privados.
Por eso nos convocamos a repensar el sentido de la ciencia y la tecnología como empresas colectivas de solución de enigmas y problemas sociales concretos.
Por eso –también– buscamos que los claustros académicos aprendan de la sociedad: de los vecinos que se unen para reciclar, de los obreros que autogestionan una fábrica, de los productores que sostienen el Vino de La Costa contra viento, marea y globalización. Para eso la extensión, que es mucho más que un servicio a terceros. Para eso la comunicación.
En fin, queremos fortalecer un enlace entre la Universidad y la Sociedad que dé sentido a la primera y respuestas a la segunda. Para que la Universidad sea una herramienta de transformación social; para hablar de los dolores que nos quedan y conquistar las libertades que nos faltan. En ese sentido, esta revista quiere ser la voz de trabajadores docentes y no docentes, investigadores y estudiantes que –pese a las limitaciones– hacen grande a esta Universidad y abren sus puertas para que el pueblo –y nosotros, como parte del pueblo– la pinte con los colores que mejor le parezca.

Materia Pendiente - Universidad/Sociedad: una revista, el desafío de la comunicación

A fines de 2007, la Facultad de Ciencias Exactas, a través de su Secretaría de Extensión, lanzó Materia Pendiente, una propuesta editorial de calidad para enlazar la Universidad con la sociedad. Definida como una revista de divulgación científica y política académica, tuvo muy buena recepción desde el acto de presentación. Por ejemplo, el mensuario Le Monde Diplomatique destacó el primer informe de tapa en su sección "En las revistas" de enero de 2008.
Materia Pendiente da cuenta de experiencias de universitarios comprometidos con su comunidad, y aborda temas de interés público, enriqueciendo las discusiones con el aporte de científicos. En fin, su objetivo es fortalecer la función pública de la ciencia.
Con una periodicidad cuatrimestral, inscripta ante del Centro Internacional de ISSN y el Registro Nacional de Propiedad Intelectual, la revista tiene una tirada de 1000 ejemplares. Su distribución combina puntos de venta fijos en la ciudad de La Plata --que incluye los kioscos de la cooperativa de distribución de diarios y revistas--Buenos Aires y Rosario, con la oferta personal y por suscripción, además de la entrega gratuita a investigadores, extensionistas e instituciones vinculadas a la Facultad de Ciencias Exactas.