"El investigador tiene que interactuar con la necesidad del sector social y del sector público"



El presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, Carlos Gianella, habló con Materia Pendiente acerca del rol de la institución que preside en la región, su relación con la sociedad, el Estado y las pequeñas y medianas empresas.
La comunicación y difusión de la producción científica; la situación del investigador en el país; de los becarios; y la creación de la nueva Subsecretaría de Ciencia y Tecnología, también estuvieron presentes en esta entrevista.

Producción: Darío Andrinolo, Josefina Oliva
Textos: Josefina Oliva

El presidente de la CIC, Carlos Gianella, habla de la situación de la investigación en la región y plantea la necesidad de un “cambio cultural” que posibilite el trabajo científico en directa relación con las demandas de la sociedad. “Buscamos siempre un socio demandante que interactúe con algún centro de investigación en la búsqueda de soluciones. Se trata de una tarea artesanal, y no puede institucionalizarse hasta que ese cambio cultural no esté generalizado”. Asimismo remarca la intención de la CIC de que sea el Estado y los sectores sociales los que demanden a los centros de investigación
y no a la inversa, y señala que para ello debe pensarse un cambio de rumbo en la investigación: “el investigador se tiene que acostumbrar a que las aplicaciones las tiene que hacer con el medio, con el demandante. Tiene que interactuar con la necesidad del sector social y del sector público”.

En la Facultad de Exactas, frente a cada problema  que recolectamos de la comunidad, detectamos un vacío en el sistema científico tecnológico. Ante ese cambio cultural que usted menciona, ¿cuáles son las líneas que la CIC desarrolla fuertemente, tanto en el trabajo con las pequeñas industrias como con los sectores sociales?

Son tantos los vacíos que para obtener éxito, para obtener soluciones, de todas las demandas elegimos las que podemos resolver. En la gestión pública, y sobre todo porque enfrentamos un cambio cultural, trabajamos con un criterio más llevadero porque si no es ir de fracaso en fracaso, es detectar permanentemente lo que nos falta. En cambio lo que necesitamos es mostrar que podemos resolver problemas.
Por ejemplo trabajamos con los centros de investigación y decimos: “¿ustedes que saben hacer? Saben resolver el problema de arsénico en el agua, ¿y cómo? ¿Y podrían diseñar una planta?” Entonces vamos a la Dirección General de Cultura y Educación y preguntamos: “¿A ustedes les interesa una planta para un lugar que tiene arsénico? Bueno, les podemos hacer cuatro plantas, después es un problema de ustedes que se generalice”. “¿Ustedes qué saben hacer? Resolver el tema de pilas”, por ejemplo. ¿A quién le interesa? Al OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible). Nosotros hacemos una planta para una población de 10 mil habitantes para tratar todas las pilas del año, si están de acuerdo hacemos
una planta, el resto es problema suyo, porque no podemos hacer todas las plantas de todo el mundo. Podemos poner en un pueblo una planta que funcione y difundamos que es libre de contaminación de pilas. El “know-how” lo tenemos nosotros y se lo damos a cualquiera. A cualquiera a través de un
convenio obviamente.

Y esa producción ¿se intenta transmitir a las poblaciones que tienen esa necesidad para que la reproduzcan?

Hablamos con los organismos públicos para que ellos hagan esa tarea. Nosotros lo que decimos es: estamos en condiciones de producir agua libre de arsénico de 35 litros a 4 mil litros por día, no pidan más, es lo que estamos en condiciones. Hay alguien que sabe hacerlo, pero no está hecho. Se puede, pero no está hecho. Entonces lo que hacemos es la articulación, y decimos “acá está funcionando, acá hay experiencia. Vengan a verla”, y lo difundimos. Hacemos ese enlace que falta. Siempre buscamos un conocimiento que existe. Y un problema real.

¿Cómo comunica la CIC las capacidades que tiene en función de que distintos actores, municipios, organizaciones sociales, incluso las empresas puedan incorporar ese suministro?

Para tener una línea gratuita como un 0800, para dar una imagen, donde cualquiera pueda llamar, hacer una demanda y que se le conteste la demanda en un tiempo razonable se necesita una organización sobre la cual estamos avanzando y no sé cuánto tiempo nos llevará, pero por lo menos dos o tres años. Para que cualquier persona pueda hacer una pregunta y nosotros contestarle, ocuparnos de la demanda, eso es organización. Ni el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) ni la CIC en sus leyes originales prevén en modo alguno la difusión del conocimiento, salvo que se publique.
Hoy tenemos un programa de radio en Radio Provincia, y un micro cada 15 días en televisión en el programa de Adrián Paenza. Sacamos sólo investigadores. Al próximo programa de radio van una investigadora del CIDCA (Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos) y
uno del LEMIT (Laboratorio de Entrenamiento Multidisciplinario para la Investigación Tecnológica). Explican en qué trabajan y siempre seleccionamos aquellos que tengan algún tipo de aplicación.

¿Faltaría ver primero cuáles son las necesidades de la sociedad para que la investigación se realice en base a ellas?
Esto es oferta, hay que hacerlo, tener base de datos de lo que se investiga. Estamos mejorando nuestra base de datos. Aparte desde que está el buscador Google la forma de buscarlo es muy sencilla. El Google busca en las páginas. Nos encontramos que la mitad de nuestros centros no tenían página. Entonces las hicimos. Pero el problema central está en que haya una organización dentro de la CIC que permita detectar la demanda, y una vez recibida, procesarla internamente.
Por ejemplo estamos teniendo reuniones por demandas de Astillero Río Santiago. Estamos trabajando con el LEMIT, con el CIOP (Centro de Investigaciones Ópticas), porque hay demandas concretas que ellos están en condiciones de satisfacer. También estamos con demandas de municipios, sobre preservación del patrimonio histórico, son demandas concretas que surgen de ahí. No podemos establecer permanentemente las prioridades. Sí tenemos que tratar de que quienes me demanden estén más cerca de
la realidad que el investigador, o sea que estén más pegados al problema. Esto no da exactitud, no da perfección. Es un mecanismo que se acerca un poco más a la demanda.
Estamos operando este tipo de trabajos a través de un organismo que se llama Centro de Servicios y tiene como finalidad hacer esta integración y utilizamos toda la red de consultores del programa de modernización tecnológica para atraer demandas más complejas de conocimiento, para que los investigadores hagan desarrollo. Vamos a aplicar el crédito fiscal para que las empresas financien el desarrollo. Así empiezan a parecer conexiones para que ese Centro de Servicios tenga más vigor y mayor capacidad, porque si lo hacemos solamente con los organismos públicos es un organismo poco ágil, en cambio de esa forma se podrán financiar recursos humanos para que funcione y podamos darle lugar a las demandas.

Becarios

Uno de los reclamos de los becarios es que su actividad sea considerada trabajo. ¿Cómo responde la CIC a esa situación?

Es un tema de discusión, el de los becarios no es un trabajo. Es un estudio, estudian, para lo cual reciben una beca. El becario tiene la obligación de estudiar y hacer el doctorado. Lo que pasa es que es un estudio de alto nivel que se hace como entrenamiento, para lo cual se necesita hacer las actividades. Un biotecnólogo está en el laboratorio trabajando en su investigación pero es con la finalidad de alcanzar el doctorado, por eso el becario no es un investigador que tiene una remuneración como un trabajo como investigador, sino que está en la etapa anterior. Muchas veces hacen cosas distintas de aquellas a las que están destinados. Está mal hecho.

Pero el sistema científico no funciona sin becarios.

Imposible. Digo, sí puede funcionar pero es mucho más rico y más dinámico con la participación de los becarios, por eso es muy importante becar, nosotros tenemos el doble de becarios que de investigadores, poco más del doble. Pero el becario está estudiando.
Cuando yo llegué a la CIC a los becarios no se les exigía estar anotados en un posgrado. Yo pregunté “¿cómo no se les exige?” No lo pude modificar para el pasado porque uno no puede introducir cambios en lo sucedido, pero desde que llegué se pide la inscripción en una maestría o doctorado. El objeto es que se doctore, que tengan una educación. Si después no le alcanza bueno, habrá limitaciones, pero es el objeto para el cual hacen una actividad, es decir actúan como investigadores. Ellos no pueden, nunca van a aprender a ser un investigador leyendo solamente. Tienen que estar en campo, o en mesada, -lo que corresponda en cada disciplina-, pero es absolutamente imprescindible. Otra cosa es la obra social. Tienen que tener obra social -nosotros le damos-, tienen que tener seguro. Hay que cubrirle las necesidades, muchos ya tienen familias.

Otro de los reclamos de los becarios tiene que ver con el tiempo que tienen que dedicar a la beca.

Claro, es full time. Ese mismo argumento lo utilizan los becarios con la misma conclusión. Sí, colaboran. Trabajan. O sea, ¿hacen actividad de trabajo, laboral? Sí. Pero ellos no están contratados para hacer un trabajo, no están contratados. Se les da una beca para que no trabajen. Para que no tengan que utilizar tiempo y esfuerzo en sus sostenimiento para que se dediquen al estudio. Pero un estudio que está específicamente conectado con el aprendizaje en investigación. Solamente se aprende investigación
con un director de tesis y un mecanismo de entrenamiento, y el entrenamiento es desarrollar una investigación. Al principio desarrollan investigaciones -y esa es la crítica más fuerte que yo haría-, solamente de interés del director, entonces a veces a los que quieren introducir temas nuevosles cuesta mucho encontrar un director que diga “yo te voy a acompañar a vos”. A veces es difícil: “yo investigo esto, ustedes vengan y ayúdenme a mí”, entonces ahí es donde se confunde el tema del trabajo.
Insisto, al becario se le paga un monto de dinero para que no tenga que ir a trabajar y pueda concentrarse en el estudio. Ese es el concepto. ¿Hay problemas? Hay problemas. Claro, a veces trabaja de más, a veces en un tema que no le interesa, entonces a veces parece más un trabajo que un entrenamiento como investigador. Bueno, eso es lo que hay que resolver, en esos casos no están cumpliendo la misión.

En Conicet los becarios no tienen injerencia en la dirección de los institutos, no tienen voz ni voto, mientras que en los institutos de la dependencia universitaria sí. En la Facultad tenemos institutos donde eso ocurre y otros donde no ocurre. ¿Cuál es la posición de la CIC en referencia a este pedido de los becarios y a su participación en la dirección de los institutos?

Nuestros centros de investigación funcionan con la lógica de la administración pública provincial, no tienen organismos de colegiados. En el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la provincia de Buenos Aires no hay un organismo colegiado. Nosotros estamos introduciendo mecanismos de consulta, de interacción, pero no mecanismos colegiados de toma de decisiones. Eso no está previsto, por lo menos por ahora. Tampoco nunca me llegó la demanda. Uno forma la opinión en el diálogo, entonces si a uno le llega la opinión para dialogar, bueno discutámoslo, porque de esa discusión vamos a aprender. Hagamos un debate del punto, de la propuesta, de cuáles son las visiones, qué podemos, qué no podemos y por qué.

No hay comentarios: